Hoy es lunes e
iniciamos una semana laboral atípica.
Muy atípica si tenemos en cuenta que los niños no irán a la escuela y
que muchas personas no tendrá que trabajar.
Demasiado atípica, para aquellos que salieron a trabajar en medio de
miedo y con fuertes medidas de protección.
Una semana que nos llena de dudas, dudas en relación a que comerán las
personas que se ganan su pan con el trabajo del día a día. Mucha expectativa en relación a lo que dirá
el informe de Salud Pública. ¿tendremos
nuevos casos de Covid-19? ¿cuántos? ¿dónde?
¿difusión comunitaria ya?
Pero, esta semana,
las lecturas que la Iglesia nos propone están llenas de esperanza. Parece como si Dios se hubiese empeñado en
hacer que este nuevo día tengamos más razones para creer en las promesas de Dios.
En Isaías 65 Dios
promete gozo y alegría para siempre, y nos dice una frase muy especial en este
tiempo en que estamos tratando de contener esta pandemia:
No trabajarán en
vano, ni darán a luz para maldición.
El Salmo 29 (30 BRV)
indica que Dios ha cambiado nuestro lamento en baile, desató nuestro cilicio y
nos ciño de alegría.
Y para que todo
esto se cumpla, se necesita tener la Fe que el evangelio proclama en Juan 4,
50, cuando habla de aquel hombre que junto a su familia creyó sin ver. Y vio su resultado.
Feliz lunes para
todos
Amiga, nunca pares de escribir ��
ResponderEliminarGracias amigo por leerme!
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