lunes, 28 de octubre de 2013

No sé

El Tribunal Constitucional Dominicano dictó una sentencia en la cual decide sobre la nacionalidad de una persona, pero, al hacerlo, extiende sus efectos a la nacionalidad de otras. Este evento me hizo recordar mi paso por la escuela secundaria: mi profesor de biología nos pidió hacer un árbol genealógico. Recuerdo que fue un trabajo bastante interesante… con esta investigación supe que la madre de mi madre era hija de una señora descendiente de emigrantes árabes, y de un señor español por el otro. Por su lado, mi abuelito era hijo de una señora apellido Sterling, descendiente de esclavos libertos ingleses. El origen de mi bisabuelo no lo pudo determinar. Mi familia paterna está absolutamente vinculada a los campos de caña. Mi bisabuelo era un señor sureño que se fue a trabajar a la industria de la caña de San Pedro de Macorís. ¿Quiénes eran sus padres? no lo sé. Mi bisabuela, fue una señora de Villa Consuelo, Distrito Nacional. De donde vinieron sus padres, lo desconozco. Recordando todo esto llego a la conclusión de que no soy cien por ciento dominicana. Realmente no pude determinar la nacionalidad de una parte de mis ancestros pero sé que vinieron de algún lado, pues Tainos no eran. Y así las cosas, cuando la Junta revise el acta de mi bisabuela Sterling o de mi bisabuelo sureño y trabajador de la industria azucarera, o de mi bisabuela descendiente de árabes y españoles, no estoy segura de que sus hijos puedan superar la prueba. Al final, mi propia nacionalidad, mi identidad, no están seguras aun cuando mis abuelos y mis padres fueron declarados legalmente. Al final, después de esta sentencia, no me siento segura de ser dominicana.

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