viernes, 20 de julio de 2012

La Vida Plena de Dexter



Un día de enero del año 1999, producto de un incesto, nació Dexter.  Sus ojos siempre fueron expresivos, grandes, redondos;  precisamente ellos serían los causantes de su partida una noche de julio del año 2012.
Su vida fue plena: disfrutaba jugando en el jardín. Cuando se bañaba correteaba en la grama para secarse.  Le gustaba abrazar las personas cuando las veía y llenaba de besos a todo el que le caía bien. Era extremadamente cariñoso con Magnolia y con el novio que ella tuviera en ese momento, siempre y cuando éste la tratare bien.  Respetaba a Manolín y se sentía identificado con él pues le buscaba los alimentos que más le gustaban.  También quería a Berta,  a Sandra, a Minerva, a Winnie, pero nunca quiso a Pozo, ni a Chirico.  Otras personas le eran simplemente indiferentes como Paloma y Manolito.  Y cuando Fidel y Yamel llegaron a la casa ya estaba demasiado viejo, ciego y sordo.
La vida de Dexter se proyectaba como la típica de un ser que habita en una casa. Comer purina, dormir en una pequeña camita llena de sabanas, sentir el frio del aíre acondicionado por debajo de la hendija de las puertas en las noches de calor, ladrar cuando sonaba el timbre, bañarse semanalmente y mantener su pelo brilloso…. Pero todo cambió cuando a la casa llegó Didi.  Ella era una Cocker Spaniel rubia, de orejas grandes, pelo largo, contextura delgada e inteligencia sobrenatural.   Fue ella quien le enseñó que el mundo no se reducía a aquellas cuatro paredes, que la purina no era comida, que si alguien te molestaba podías morderlo y que sus amos no eran sus dueños.  Didi cambió el mundo de Dexter para  siempre y cuando ella se fue, él no volvió a ser como antes.  Así que Dexter empezó a vivir la libertad que Didi le enseñó: empezó a explorar las calles en busca de aventuras, decidió ladrarle a todo aquel que pretendiera adueñarse de su territorio, comía todo tipo de alimentos, despreciaba lo que no le agradaba, mordía al que le caía mal y peleaba con el que lo invadía.   Así perdió un ojo cuando se “fajó” con un  Pitbull; por ello lo devolvieron cuando fue robado por un boricua con la intensión de encatastarlo;  fue de esa forma que izó la bandera de la libertad y se convirtió en gay.
Trece años después, te recordamos con mucha alegría por todos los buenos momentos y satisfechos de haberte tenido en nuestras vida.  Bye Dexter.